Rafa, descubrí ayer tu newsletter y ya me tienes pensando distinto. Tienes ese talento de coger ideas muy citadas (Housel, Taleb, Buffett) y hacerlas sonar frescas. Aunque haya mil biografías de Churchill, no dudo que si tú escribieras la número 1001, valdría la pena.
El caso de Slack me encanta. En 2013, cuando empecé a usarlo, lo impulsé en la universidad donde estudiaba y se hizo viral casi sin esfuerzo. Muchas empresas con productos similares fracasaron por intentar competir con lo que ya existía en vez de crear su propio mercado.
Tiene todo el sentido: no vendes el producto, vendes lo que cambia cuando lo usas. Y eso aplica también a cómo trabajas, no solo a lo que vendes. Si no hay una transformación real detrás, ni el mejor branding lo sostiene.
Estas flexiones con el coco de los sábados, a veces dan realmente en la diana y nos ponen frente al espejo! No podría describir mejor ese estado de burnout ligero que te lastra y de quita la alegría y entusiasmo hacia el trabajo, convirtiendo algo que empezaste con entusiasmo en algo que toleras con rutina. Es efectivamente ese empleo bueno que no es un buen trabajo 😆. Cada vez que buscas una solución a algo, la inercia del “ trastlantico” corporativo se lo acaba tragando. Y vuelves resignadamente a aceptar ese ritmo “inamovible”. Respuestas como”hay que hacerlo así porque este es el proceso, o “así es el sistema”, a mi me dejan fría. Será mi pasado emprendedor en el que “todo era posible” el que ahora me lastra a la hora de aceptar algunos juegos corporativos. Después de leerte tengo más ganas de un cambio! Habrá que ponerse las 🔋 pilas!
Ese “burnout” de bajo grado que describes es posiblemente el mayor enemigo de las grandes corporaciones donde la motivación y la capacidad de salir de la zona de confort para aportar valor está muy castigada. Liderar bajo la responsabilidad otorgando empowerment es la mejor forma de desterrar las “tareas” que solo empobrecen y generan esa terrible situación que trasladas de “queme” ligero profesional .
Rafa, descubrí ayer tu newsletter y ya me tienes pensando distinto. Tienes ese talento de coger ideas muy citadas (Housel, Taleb, Buffett) y hacerlas sonar frescas. Aunque haya mil biografías de Churchill, no dudo que si tú escribieras la número 1001, valdría la pena.
El caso de Slack me encanta. En 2013, cuando empecé a usarlo, lo impulsé en la universidad donde estudiaba y se hizo viral casi sin esfuerzo. Muchas empresas con productos similares fracasaron por intentar competir con lo que ya existía en vez de crear su propio mercado.
Me encantaría cruzar caminos contigo algún día!
Hola Carlos! Creo que vamos a cruzar caminos hoy mismo en Wiselook! Abrazo!
Tiene todo el sentido: no vendes el producto, vendes lo que cambia cuando lo usas. Y eso aplica también a cómo trabajas, no solo a lo que vendes. Si no hay una transformación real detrás, ni el mejor branding lo sostiene.
Eso es!
Estas flexiones con el coco de los sábados, a veces dan realmente en la diana y nos ponen frente al espejo! No podría describir mejor ese estado de burnout ligero que te lastra y de quita la alegría y entusiasmo hacia el trabajo, convirtiendo algo que empezaste con entusiasmo en algo que toleras con rutina. Es efectivamente ese empleo bueno que no es un buen trabajo 😆. Cada vez que buscas una solución a algo, la inercia del “ trastlantico” corporativo se lo acaba tragando. Y vuelves resignadamente a aceptar ese ritmo “inamovible”. Respuestas como”hay que hacerlo así porque este es el proceso, o “así es el sistema”, a mi me dejan fría. Será mi pasado emprendedor en el que “todo era posible” el que ahora me lastra a la hora de aceptar algunos juegos corporativos. Después de leerte tengo más ganas de un cambio! Habrá que ponerse las 🔋 pilas!
Buen sábado.
gracias Lola! A por ello!
Hay que comercializar primero el problema, no la solución. Si vendes bien el problema el mercado deduce que tienes la solución.
Ese “burnout” de bajo grado que describes es posiblemente el mayor enemigo de las grandes corporaciones donde la motivación y la capacidad de salir de la zona de confort para aportar valor está muy castigada. Liderar bajo la responsabilidad otorgando empowerment es la mejor forma de desterrar las “tareas” que solo empobrecen y generan esa terrible situación que trasladas de “queme” ligero profesional .